CETME es el nombre por el cual se conoce el que fue el fusil de asalto oficial del Ejército Español desarrollado en España por la agencia Centro de Estudios Técnicos de Materiales Especiales.
El Centro de Estudios Técnicos de Materiales Especiales (cuyo acrónimo da nombre al fusil) se creó para contrarrestar los efectos del aislamiento internacional bajo la dictadura franquista. Diseñó gran número de productos militares poniendo gran empeño en los fusiles de asalto, en vista de la necesidad de sustituir los anticuados fusiles del Ejército Español (fusiles Mauser alemanes de la Segunda Guerra Mundial y sus versiones Coruña y Oviedo).
Históricamente este rifle deriva del fusil de asalto alemán Stg-44 y su evolución al Stg-45. Fue desarrollado a modo de prototipo por la compañía Mauser en 1945, pero la derrota de Alemania en la Segunda Guerra Mundial detuvo el proyecto. Sin embargo, algunos técnicos de Mauser implicados en el proyecto se refugiaron en España. Uno de ellos, Ludwig Vorgrimler, fue su principal desarrollador.
El CETME fue creado por orden del Ministerio de Guerra Español, y su primer modelo (A) vio la luz en 1952. En 1957 es adoptado por el Ejército de Tierra. Sucesivos modelos mejoraron aspectos como la cadencia, alcance, precisión y el tipo de cartucho (adaptándolo al cartucho estándar de la OTAN: 7,62 x 51 mm). El CETME L, LC fue el fusil reglamentario de los tres Ejércitos Españoles hasta 1999, cuando se adopta el fusil alemán HK G36E. Curiosamente el CETME fue codesarrollado por la empresa alemana Heckler & Koch desde 1957 hasta 1961, momento en que la marca CETME desaparece de los modelos alemanes dando paso al HK G3.
Tras el fin de la fabricación en 1975 del CETME C, en 1984 comienza la de los modelos L , LC y LV. Ambos sustituían las partes de madera por materiales plásticos, se redujeron los pesos y medidas, y se adoptaba el calibre 5,56 x 45 mm de la OTAN (o el equivalente 223. Remington ) gracias al cual los cargadores pueden ir dotados de más munición en el mismo espacio aproximado debido al tamaño de los cartuchos, ademas de suavizarse notablemente el retroceso. Es además la munición estándar de la OTAN por lo que supuestamente cualquier fusil de la alianza puede usar cargadores y munición aunque sea de otro modelo.
También incorpora un «botón» para retener el cierre en posición atrasada dejando la ventana de expulsión abierta al mismo tiempo, lo cual facilita la inspección de la recámara y las maniobras de solución y rearmado en caso de interrupción de tiro por defecto del cargador, cartucho o fallo de algún mecanismo.
Aunque los prototipos dieron buen resultado, el fusil una vez recibido por las unidades se mostró en cambio inadecuado, en especial en asuntos críticos en un arma militar, como la resistencia y la fiabilidad mecánica. Salvando algunos errores de diseño (dilataba de forma asimétrica), principalmente parece que el arma estaba fabricada reduciendo los costes a menos de la mitad a causa de la grave escasez presupuestaria sufrida por el Ministerio de Defensa español, con un claro empeoramiento de control de calidad y materiales. El resultado de todo esto fue un fusil que sufría con facilidad desgaste y corrosión. Además, tenía una grave tendencia a producir interrupciones de tiro, a menudo siendo incapaz de tirar más de tres o cuatro veces antes de fallar; y una facilidad para ensuciarse internamente incluso con poco uso, que hacía que la tropa dijese con sorna que "CETME" significa en realidad "Cada Esquina Tiene Mierda Escondida" (a estos fallos contribuyó la poca calidad de la munición fabricada por Santa Bárbara, así como el empleo continuado, ante la imperiosa necesidad de reducir gastos al máximo, de cargadores originalmente diseñados para un sólo uso ). También se quejaban de lo laborioso de limpiarlo, pero esto puede deberse más bien a la baja instrucción dada a muchos soldados y la falta de herramientas de limpieza.
A pesar de estar disponible desde 1984, no fue adoptado oficialmente como reglamentario hasta 1987. Siendo los modelos de serie de calidad mucho peor que los del diseño original. Cuando diez años después se decidió sustituirlo, todavía había unidades a las que no había llegado o usaban aún el viejo Cetme C. Algunas, de hecho, ante las deficiencias del L volvieron a usar los C.
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