Erwin Rommel nació el 15 de noviembre de 1881 en Heidenheim, un pueblecito cercano a Ulm. De familia burguesa, se alistó en el ejército en 1910 y un año más tarde ingresaba en la escuela militar de oficiales en Danzing, donde conoció a la que sería su mujer. Es en 1914 cuando es nombrado jefe de sección y destinado a la frontera francesa. Durante los primeros meses de la Gran Guerra Rommel es condecorado en dos ocasiones con la Cruz de Hierro por muestras inequívocas de valor, y finalmente se le destina al Vosgo. Durante los siguientes dos años Rommel es destinado a Rumania y a la frontera con Italia, donde participa en la célebre Batalla de Caporetto ocupando un lugar muy destacado. A partir de ahí su popularidad iría en aumento, llegando a recibir la más alta condecoración prusiana, la medalla "Pour le Mérite", y el ascenso a capitán. Tras el desmantelamiento del ejército alemán, Rommel acabó realizando tareas de mantenimiento en Danzing, hasta que en 1929 fue destinado como instructor en la Academia de Infantería de Dresde. Allí pasaría cuatro largos años hasta que apareció en escena Adolf Hitler.
En 1935, con Alemania rearmándose a marchas forzadas, Rommel es ascendido a teniente coronel y destinado como instructor a la Academia Militar de Postdam. En los años siguientes alterna sus labores de instructor con la publicación de su único libro, 'La infantería ataca', y su puesto como jefe al mando del Führerbegleitbataillon (la guardia personal de Hitler). Es a partir de entonces cuando las relaciones con Hitler se estrechan, y en 1939 es ascendido a general, poco antes de la invasión de Polonia. En 1940 se le concede el mando de la 7ª División Panzer, que sería conocida como "La División Fantasma" debido a la rapidez y sorpresa con la que actuaba, y participa activamente en la invasión de Francia, estando numerosas veces a punto de perder la vida debido a los riesgos que asumía al luchar en primera línea de combate. Durante los siguientes dos años Rommel reorganizó las fuerzas italianas en África y alcanzó la gloria al mando del África Korps, llegando a poca distancia de Alejandría, donde fue derrotado en la célebre batalla de El Alamein. El general británico Bernard Montgomery fue un hueso duro de roer para Rommel, que se vio obligado a retirarse al este. No obstante, Hitler ordenó resistir hasta que el último hombre cayera, y Rommel hizo caso omiso forzando la retirada y guardando una mala impresión de Hitler que nunca olvidaría. Durante 1943 y 1944 el general Rommel mantuvo su espíritu y su firmeza al mando, llegando a encargarse de la defensa de Normandía ante un inminente desembarco.
En el verano de 1944 un Spitfire de la RAF ametralla el coche en el que viajaba, dejándole inconsciente y al borde de la muerte. Contra todo pronóstico sobrevive y es acusado de formar parte del complot para asesinar a Hitler, aunque nunca hubo pruebas de que realmente hubiera estado implicado. Es muy posible que miembros de la alta jerarquía nazi quisieran sacárselo de encima. En cualquier caso, el 14 de octubre se presentaron dos generales en su domicilio de Herrlingen, y tras despedirse de su familia subió al coche del que nunca saldría vivo. A poca distancia el vehículo se detuvo y Rommel ingirió el veneno que le habían ofrecido. De lo contrario hubiera sido juzgado y las represalias hacia su familia no se habrían hecho esperar. El mariscal de campo Rommel fue enterrado en un funeral de estado y a día de hoy su tumba sigue siendo visitada por militares aliados para rendirle honores.
En 1935, con Alemania rearmándose a marchas forzadas, Rommel es ascendido a teniente coronel y destinado como instructor a la Academia Militar de Postdam. En los años siguientes alterna sus labores de instructor con la publicación de su único libro, 'La infantería ataca', y su puesto como jefe al mando del Führerbegleitbataillon (la guardia personal de Hitler). Es a partir de entonces cuando las relaciones con Hitler se estrechan, y en 1939 es ascendido a general, poco antes de la invasión de Polonia. En 1940 se le concede el mando de la 7ª División Panzer, que sería conocida como "La División Fantasma" debido a la rapidez y sorpresa con la que actuaba, y participa activamente en la invasión de Francia, estando numerosas veces a punto de perder la vida debido a los riesgos que asumía al luchar en primera línea de combate. Durante los siguientes dos años Rommel reorganizó las fuerzas italianas en África y alcanzó la gloria al mando del África Korps, llegando a poca distancia de Alejandría, donde fue derrotado en la célebre batalla de El Alamein. El general británico Bernard Montgomery fue un hueso duro de roer para Rommel, que se vio obligado a retirarse al este. No obstante, Hitler ordenó resistir hasta que el último hombre cayera, y Rommel hizo caso omiso forzando la retirada y guardando una mala impresión de Hitler que nunca olvidaría. Durante 1943 y 1944 el general Rommel mantuvo su espíritu y su firmeza al mando, llegando a encargarse de la defensa de Normandía ante un inminente desembarco.
En el verano de 1944 un Spitfire de la RAF ametralla el coche en el que viajaba, dejándole inconsciente y al borde de la muerte. Contra todo pronóstico sobrevive y es acusado de formar parte del complot para asesinar a Hitler, aunque nunca hubo pruebas de que realmente hubiera estado implicado. Es muy posible que miembros de la alta jerarquía nazi quisieran sacárselo de encima. En cualquier caso, el 14 de octubre se presentaron dos generales en su domicilio de Herrlingen, y tras despedirse de su familia subió al coche del que nunca saldría vivo. A poca distancia el vehículo se detuvo y Rommel ingirió el veneno que le habían ofrecido. De lo contrario hubiera sido juzgado y las represalias hacia su familia no se habrían hecho esperar. El mariscal de campo Rommel fue enterrado en un funeral de estado y a día de hoy su tumba sigue siendo visitada por militares aliados para rendirle honores.
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